La gestión eficiente de recursos: contribuciones a la competitividad y la lucha contra el cambio climático
A través del informe presentado en ADIMRA, llamado “Hacia la eficiencia de recursos y la escarbonización”, es posible aumentar la información disponible sobre nuestro sector, con el fin de realizar una contribución hacia la reducción de la huella de carbono. Al contar con más datos y análisis, se facilita la toma de decisiones, el seguimiento de los objetivos y permite “recalcular” la ruta hasta encontrar la más adecuada.
El trabajo impulsado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH en cooperación entre Argentina y Alemania, se centra en analizar el sector metalúrgico de nuestro país y, en colaboración con los distintos sectores involucrados, proponer medidas para mejorar la eficiencia de recursos y la descarbonización. Forma parte del proyecto global “Iniciativa Eficiencia de Recursos y Acción Climática (IREK II)”, y se enfoca en tres subsectores: fundición de metales ferrosos y no ferrosos, producción de acoplados, semirremolques y maquinarias agrícolas.
En colaboración junto a diversos actores clave, CAFAS participó a través de entrevistas y con la revisión del informe, el cual presenta una descripción y análisis de la evolución del sector, incluyendo la situación actual, considerando la variable de la sustentabilidad en algunos procesos productivos. Se identifican barreras y oportunidades, lo que condujo a la elaboración de una propuesta con medidas concretas que involucran a diversos actores del sector público, privado, académico e investigativo. Estas medidas abordan aspectos legales, tecnológicos y económicos, con el objetivo de promover políticas públicas que fomenten una industria metalúrgica más eficiente en el uso de recursos y descarbonizada.
En esta nota describiremos aquellas que resultan útiles para los fabricantes de acoplados y semirremolques. Según los investigadores “En el caso de la industria ligada a la fabricación de acoplados y semirremolques se halla, al momento del estudio, con una demanda creciente de equipos, razón por la cual se lo identifica como un sector pujante. En particular, presenta una gran relevancia debido al alto porcentaje de cargas que se distribuyen a lo largo y ancho del país a través de carreteras”. De esta manera, justifican la selección de dichos sectores ya que visualizan en ellos una oportunidad para contribuir con aportes que se traducirán en mayor eficiencia de recursos y la disminución de las emisiones (que, en cadena, reducirán las emisiones del transporte y del sector agrícola).
Según el Cuarto Informe Bienal de Actualización de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las emisiones netas totales del año 2018 para el país fueron estimadas en 366 MtCO2 eq16 (ver cuadro 1). En los últimos 20 años hemos experimentado un aumento, con tendencia creciente hacia el futuro, de las emisiones.
Como se observa (Figura 2), el 6% de las emisiones detectadas son por procesos industriales y el uso de productos, incluye las emisiones de GEI provocadas por las reacciones químicas como materias primas empleadas en diferentes procesos industriales, así como por los usos no energéticos del carbono contenido en los combustibles fósiles. A su vez, en la figura 3 se observa que la industria de los metales participa con un 29% del total indicado. La producción de hierro y acero representa el 87% de las emisiones totales de la industria de metales, siendo el principal contribuyente. Por otro lado, el sector metalúrgico que procesa otros metales se clasificaría en la categoría de “Otras industrias de los metales”.
Si bien no se ha calculado en su totalidad las emisiones del sector a nivel nacional, estiman que toda la reducción de emisiones del sector impactaría de manera positiva en alcanzar la meta de mitigación comprometida por el país para el 2030. La importancia radica en implementar diversas medidas que, mediante la gestión eficiente de los recursos, la promoción de la economía circular y el establecimiento de marcos legales y normativos adecuados, posibiliten la realización de acciones que contribuyan al logro de los objetivos mencionados.
Al desarrollar esta investigación, el foco ha sido puesto en toda la industria metalúrgica pero, para la presentación del informe, han decidido enfatizar tres subsectores que poseen potencial para la implementación de mejoras en la eficiencia en el uso de recursos que favorecen la reducción de GEI. Uno de ellos, como dijimos, es el vinculado a acoplados y semirremolques, debido al alto porcentaje de cargas transportadas por carretera en nuestro país (40 mil km de caminos nacionales, 189 mil km de rutas provinciales y 285 mil km. – aprox- de caminos municipales), como afirman en el ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.
Según datos oficiales aportados por CAFAS, 300.000 unidades de vehículos carrozados y remolcados conforman aproximadamente el parque actual, que transportan cerca del 90% de las cargas por carretera. Debido a que más del 50% de las unidades se pueden considerar obsoletas (según Ley N°24449/1995) con antigüedad mayor a 20 años, implica mayores riesgos para la seguridad vial (ver NOTA DE TAPA) y mayores emisiones de GEI. Se calcula la utilización de 40.000 toneladas de acero para la fabricación de 10.000 unidades, valores que resultan de promediar el patentamiento anual de unidades en diferentes períodos. Uno de los picos de patentamientos alcanzado fue en el año 2008, donde se registraron 14.000 unidades (cabe destacar que la capacidad instalada es de 16.000 u/año, lo que supone la posibilidad de incrementar los valores mencionados).
Como indican en el informe: “Dentro de los avances más recientes en el transporte de cargas que han presentado gran impacto, se puede citar el Decreto N°32/2018 “rompiendo” el techo de las 45 t como carga bruta total máxima por equipo, incorporando modelos de remolques nuevos como el acoplado de 4 ejes con capacidad de carga de 52,5 t, el semirremolque 1+1+1 de 55,5 t y los bitrenes de 60 t y 75 t, incrementando de un 20 a un 30 % la capacidad de carga a transportar, utilizando prácticamente el mismo consumo de combustible, lo que por ende se traduce en una importante reducción de emisiones por tonelada transportadas”.
Como es sabido por nuestro sector, esto provocó una mayor demanda a los fabricantes de acoplados y semirremolques, oportunamente. Dentro de las nueve medidas propuestas por el equipo de investigación, sobresalen dos, estrechamente relacionadas con nuestro sector industrial. Se trata de (Medida1) “Promover investigaciones y desarrollos tecnológicos para el reemplazo de partes estructurales de chasis de acoplados y semirremolques con aleaciones más livianas, de alta resistencia, tenacidad y buena soldabilidad” y (Medida 3) “Promover incentivos económicos, financieros, impositivos para que el parque de acoplados y semirremolques avance progresivamente hacia los reemplazos con diseños más livianos y/o en el reemplazo de 3 ejes por 4 ejes”
Medida 1.
Actualmente, según informan en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el 7% de las cargas se transportan por ferrocarril, vías navegables y avión. Estas contribuyen a las emisiones GEI en menor medida que las transportadas por carretera (93%), principalmente por el volumen y, secundariamente, por las características mismas del parque circulante. Como se ha mencionado más arriba, por datos aportados por CAFAS, cerca de la mitad de las unidades que circulan por las rutas poseen una antigüedad superior a los 20 años, esto implica un riesgo para la seguridad vial, un mayor deterioro de la infraestructura. En materia de interés de este informe, los vehículos carrozados y remolcados antiguos poseen una estructura pesada que repercute directamente en la capacidad de carga, impactando así en el mayor consumo de combustible por unidad de producto transportado. Los semirremolques y acoplados que circulan, en su mayoría, son de una tara que oscila entre 6,6 t – 7,5 t. Para esta medida, proponen: “Generar convocatorias del Fondo Tecnológico Argentino u otras quefinancien proyectos I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) dirigidos al reemplazo de partes estructurales de chasis de acoplados y semirremolques con aleaciones más livianas (del tipo HSLA tal como MLC420, MLC500, Dual Phase DP 590, aceros ASTM grados A572, A572M, A575, AISI 8642, etc.) que sustituyan a las aleaciones de uso actual”. Siguiendo la línea mencionada en el punto anterior, de utilizar aleaciones como la ML420 o la ML500 se pueden reducir entre 8 y 10 mil toneladas por año sin alterar el comportamiento mecánico requerido por las normas de homologación o de seguridad activas o pasivas. “Para el cálculo se considera equipos tipo de 3 ejes con una tara de 6,6 ton con acero actual, y equipos tipo de 4 ejes con una tara de 7,58 t con acero actual, y se utiliza una proporción de 50% de equipos de 3 ejes y 50% de equipos de 4 ejes” y “en el caso de la industria de acoplados y semirremolques, se consideran las emisiones de GEI como 1,45 t CO2 /t acero crudo. De esta manera, se estima una reducción de emisiones de 2.775,74 t CO2 eq con la aplicación de esta medida a 2030”, arguyen.
Medida 3. La problemática es la misma a la planteada en el punto anterior, pero sugieren otra vía de acción. En este caso, la propuesta es generar incentivos económicos, financieros o impositivos para reemplazar las actuales unidades que circulan por otras con diseños más livianos, lo cual apoya lo indicado sobre la renovación de las unidades obsoletas. Dentro de las ideas descritas, se rescata la implementación de un “Plan canje” para la renovación progresiva, como también la incorporación de un financiamiento con tasas bonificadas para equipos de menor peso (logrando aumentar las cargas transportadas reduciendo el consumo de combustible y las emisiones).
Se advierte que la implementación de cualquier plan exige la baja y destrucción de la unidad obsoleta, para evitar reventa de unidades de estas características. A su vez, la implentación de líneas de financiamiento estaría dirigida a quienes requieran renovar las unidades sin intención de canjear, sino de incrementar la flota. A su vez, concluyen que la reducción de las emisiones puede llegar a ser de 2.775,74 t CO2 eq /año con la aplicación de esta medida a 2025 y 6.939,34 a 2030..
Al aplicar ambas medidas en simultáneo, es posible obtener una reducción de 5.551 t CO2 eq /año al 2025 y 13.878 t CO2 eq / año al 2030. Como se ha indicado en El Remolque 112, nota de tapa, ( VER www.elremolque.com.ar -Ultimas ediciones-, el transporte es uno de los sectores que lidera esas investigaciones en pos de reducir la huella de carbono y se encuentra ávido de implementar nuevas tecnologías que reduzcan los costos, proporcionen un beneficio para el medio ambiente y para nuestra industria. Además de lo recogido en esta nota, recordamos lo mencionado sobre el aporte de los Bitrenes, la electromovilidad y la alternativa del GNC, que nos sitúa en un momento crucial para dar un gran paso hacia el desarrollo industrial y económico, buscando generar beneficios sostenibles que no pongan en riesgo el futuro de las próximas generaciones. Estamos inmersos en la oportunidad de liderar este cambio y construir un camino hacia un futuro próspero y responsable.